"Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales." Palabras de Gandhi, palabras muy claras y ciertas. Los derechos de los animales que han venido siendo luchados por ya varias generaciones (y me alegra poder decir que cada generación lo hace con más fuerza que la anterior). Ha conseguido una pequeña victoria.

El Perú se ha sumado a la lista de países que poseen una ley que penaliza con cárcel, el maltrato animal, la ley 3371/2013- CR presentada por el grupo parlamentario Acción Popular – Frente Amplio a iniciativa del congresista Yonhy Lescano Ancieta.

Diferentes colectivos animalistas, que llevaban el seguimiento de esta ley desde su propuesta, celebraron la gran noticia: “Perú, país donde la injusticia triunfa y la conciencia social cae cada vez más bajo “, tendría una ley de protección animal, una ley que en el enorme ego de la humanidad, permite un espacio para las criaturas sin voz. Un gran paso sin duda.

El panorama cambio, al momento de aplicar la ley .La ley no se aplicaba cuando se denunciaba algún caso de violencia animal, culpa de la ¿policía, fiscal, poder judicial, del congreso por no ser más severo o más claro con la nueva ley? Tal vez…. Pero en primera instancia, la verdad es simple. “A la mayoría de las personas no les importa los animales”.

No pasan de un simple lamento, al ver a uno sufrir y en más casos los ven como objetos, adquisiciones que pueden ser desechadas en cualquier momento. Porque en fin, es solo un animal, si fuera diferente tal vez esta ley no hubiera salido este año y no celebraríamos algo que debería estar en nosotros desde el inicio.

Los derechos de los animales, se han visto ausentes en diferentes situaciones, desde videos de tortura o asesinato en redes sociales, hasta del degollamiento de un gato por parte de una adolescente. Y pensar que estamos en el siglo XXI, ¿cómo para sentirse orgullosos, no?

La respuesta de los diversos colectivos animalistas ha sido la misma, Convocatorias para tomar venganza contra esos pequeños psicópatas (extrañamente no me siento mal por ellos) y algo más claro, La ley no sirve. Y es verdad una ley que existe y no se aplica, no sirve, solo un es reglón más en nuestra linda y voluble constitución

La conciencia animal, lamentablemente, tendrá que pasar por mucho más. Tendrá una lucha tan larga como la libertad e igualdad. Algo tan simple como la idea de aceptar los derechos básicos de otro ser vivo, tomará tiempo.

Somos tontos, la historia ya lo ha demostrado, pero cuando lleguemos a tener tanta conciencia animal como los diferentes colectivos y haya más leyes que respalden los derechos de los animales, podré decir Guau.